Lo que realmente marca la diferencia en la élite
Dejando a un lado el componente psicológico y sabiendo de su gran influencia en la performance de tan extenuante práctica, la mayor diferencia en el rendimiento entre un atleta y otro homónimo (condición física similar) radica en la eficiencia durante un acondicionamiento metabólico, en la mayoría de los casos (pueden darse excepciones en las que la eficacia sea “the key”). Eficiencia traducida en capacidad de mantener un estímulo, en el caso de CF de la mayor intensidad posible, con el mínimo consumo o demanda fisiológica posible.
Cuando hablamos de eficiencia en el contexto “amateur” de CF, considerando amateura cualquiera que no se dedique profesional o casi profesional a la disciplina, siempre hablaremos de que existe una correlación positiva totalmente lineal entre eficiencia y técnica. En castellano, todavía es factible una gran mejora técnica y por ende, una gran mejora en el eficiencia. Pobre optimización de la utilización de palancas, incorrecta modulación del reclutamiento fibrilar en función de la carga externa, desastrosa higiene postural y sobre-solicitación de musculatura rápidamente fatigante suelen ser los errores habituales sumados a un sinfín de detalles técnicos en ejercicios y variantes, en función del nivel, de más básicos a más intrincados.
Sin embargo, a medida que nos acercamos a la élite, nos encontramos con que la técnica y aquellos problemas derivados de la falta de prácticase igualan. Antropometrías y anamnesis deportivas diferentes y por ello ejecuciones dispares. Aun así, se da un componente de dominio técnico queroza la perfección. Por tanto, el factor limitante de la eficiencia ya no será técnico…
Un comentario habitual al contemplar un espectáculo de Fraser siempre es “el tío no para”. Y si, efectivamente la sensación es de que no cesa. Sin embargo, no lleva un “pace” ejecutivo en cada movimiento muy por encima del resto, de hecho lleva un ritmo por repetición igual o menor que el resto de atletas, pero el cómputo temporal transicional, es decir el tiempo que pierde transicionando entre los ejercicios y rondas del metcon es ridículamente inferior al resto. Esto obviamente se reduce a la mínima expresión cuantas menos transiciones haya, por ello en endurance monoestructules o couplets largos con repeticiones altas sostenibles, no se da tal abismal diferencia.
Este fenómeno podríamos justificarlo de manera muy “scientist” midiendo cuales son sus zonas de trabajo, umbrales, capacidades y potencias en cada uno de los sistemas energéticos, velocidad de resíntesis, tamponamiento y recuperación y mantenimiento de vías predominantes.
El resultado sería sorprendentemente parecido al resto de atletas de su nivel, por no decir que un muchos casos estaría por debajo. Entonces…¿cuál es la clave? ¿Intimidación? ¿Capacidad de sufrimiento? ¿Mucha beta-alanina y cafeína pre workout? La fórmula mágica es el auto-conocimiento, la auto-conciencia de tus umbrales de tolerancia, hasta el punto de saber que pisar ligeramente el acelerador, cala el coche.
La dificultad de afinar en el control de tus límites, encontrando cada día, cada sesión, cada metcon, un estímulo algo diferente, que no completamente, es enorme. Se trata trabajo de ensayo-error y de muchas horas de vuelo, de caerse por el precipicio una y otra vez y mil frustraciones porque tus revoluciones estaban livianamente por encima o por debajo de lo óptimo.
La mayoría de los atletas élite, toman conciencia de cuáles su margen entre umbrales, de cuál es más o menos el “pace” que deben llevar, pero no son capaces de conseguir mantener el límite superior durante todo el trabajo. Esto se entrena, se entrena mucho. De hecho, considero incluso más importante este control del “pacing” o “auto-conocimiento” que el análisis de las capacidades fisiológicas aisladas del atleta.
En referencia a todo lo contextualizado y como resumen, uno de los factores de rendimiento que no salen a la luz en estudios, o que no se tienen en cuenta porque la bibliografía no los recoge, es el auto control del umbral de trabajo.
Por poner un ejemplo visual y práctico, tenemos unos intervalos de sábado tales como: 4 rondas: 16/13 calorías de bici, 8 bar-muscle-ups, 16/13 calorías de bici y 16 toes-to-bar, con 1:20 de descanso entre ellas. Testamos a dos atletas élite y analizamos sus ritmos, parciales y transiciones.
A priori, los tiempos por ronda son muy dispares, con una dominancia clara del atleta 1, pero cuando analizamos los tiempos de ejecución y los protocolos de repartición de repscon sus transiciones…
3 minutos frente a menos de 1 minuto de sumatorio transicional en un metcon de en torno a 20 minutos de ejecución. El ATLETA 1 conoce perfectamente sus umbrales, sabiendo que manteniendo ese ritmo en bici y gestionando así sus gimnásticos, puede transicionar ridículamente. Por contrael ATLETA 2, no controla sus capacidades y umbrales de manera clara, por lo que opta por una estrategia agresiva y poco sostenible soca transiciones pequeñas, ocasionando una diferencia de 3:08 con tiempos ejecutivos similares.¿Cuál hubiese sido una buena estrategia para el ATLETA 2?